martes, 20 de septiembre de 2005

EXPERIMENTO FILADELFIA (1ª Parte)


El nombre oficial del experimento Filadelfia que la marina norteamericana no pudo ocultar es "Project Rainbow". En las investigaciones no se pudieron encontrar. El "Project Rainbow" era parte de un código secreto del gobierno de EE.UU. que se llamaba Arco Iris. En este código estaban los planes para derrotar al Eje compuesto por Italia, Alemania y Japón en la Segunda Guerra Mundial y específicamente para luchar contra Japón en el Océano Pacifico


Lo que la marina norteamericana no quiere explicar:

Cuando empezamos a investigar el tema quizás dudábamos de si el Experimento Filadelfia existió realmente. Pero una serie de investigaciones nos llevaron a concluir que si y que realmente se están ocultando mas cosas de las que se conocen y hasta un segundo o tercer experimento Philadelfia. La marina norteamericana niega absolutamente el asunto. El punto que fundamenta la investigación es que no se pudo hablar nunca con los tripulantes del barco: tanto con el capitán, los marineros y los científicos de a bordo. Todos pasaron al anonimato o se convirtieron en fantasmas como el Eldridge, el barco del experimento.


Cuando comienza la historia:

La historia comenzaría en 1956 cuando un hombre de ciencia recibe ciertas cartas de que un barco de guerra de la marina de los EE.UU había desaparecido por unos instantes o se había hecho invisible y fue transportado o teletransportado a otro lado. El hombre que recibe las cartas era un tal Morris Ketchum Jessup y el que las envía era un tal Carlos Allende o Carl Allen y el investigador que lleva a cabo el experimento en el acorazado Eldrigge es una tal Dr. Franklin Reno que según cuenta el prestigioso escritor Charlez Berlitz era un importante físico que trabajo para la marina de guerra de Estados Unidos y que usaba un seudónimo para que no conozcan su nombre.


Principal protagonista de la historia:

El principal protagonista de esta historia es un señor llamado Morris Ketchum Jessup que paso gran parte de su vida estudiando las ruinas mayas e incas; después de 1920 Jessup fue profesor de matemática y astronomía en la Universidad de Mitchigan Drake, Iowa, EE.UU.. Durante su preparación para el doctorado realizó varias investigaciones que lo llevó a descubrir varias estrellas dobles que luego fueron reconocidas y catalogadas por la Astronomical Society. Morris Ketchum Jessup fue consideado un importante ovnilógo de su época pero no era considerado un verdadero científico por su inclinación hacia los temas sobrenaturales y especialmente la pseudociencia.


La opinion de la marina de los Estados Unidos:

La marina de los Estados Unidos en esos momentos niega absolutamente todo lo relacionado con el experimento Filadelfia y trata de dar explicaciones coherentes de que seria imposible llevar a cabo tal proyecto. Aquí aparece una contradicción que a lo largo se la pagina se podrá aclarar mejor: el gobierno de los EE.UU. siempre negó ese tipo de investigaciones con respecto a la teoría de la relatividad, la bomba atómica y la que nos interesa, la Teoría del Campo Unificado de Albert Einstein.

Es importante recordar que los avances en el uso de la energía atómica por el gobierno norteamericano se conocen después de Hiroshima y Nagasaki después de que se lanza las dos bombas atómicas. Pero el gobierno norteamericano poco hablaba y decía oficialmente de las explosiones experimentales realizadas en el desierto de Arizona.
La historia que se conoce del experimento Filadelfia se habría originado en las dos cartas enviadas por Carlos Allende a Morris Jessup. La traducción de la Carta seria esta:
La Carta que recibe Morris Ketchum Jessup

Estimado doctor Jessup: Su invocación al público para que se mueva en masa sobre sus representantes y haya así suficiente presión colocada en un correcto y suficiente número de lugares donde pueda ser aprobada una ley para que la Teoría del Campo Unificado del doctor Albert Einstein (1925-27) sea puesta en práctica no es nada necesaria. Se usaron los "resultados" de mi amigo Dr. Franklin Reno... Los resultados fueron y son hoy prueba de que la Teoría del Campo Unificado hasta cierto punto es correcta... El "resultado" fue la completa invisibilidad de un barco, tipo destructor, y toda su tripulación. Estaba navegando. (Oct. 1943). El Campo fue efectivo en una forma esferoidal oblata que se extendía cien yardas (más o menos, debido a la posición lunar y latitud) fuera de cada lado del barco. Cualquier persona dentro de esa esfera se volvía de forma vaga pero él también observó a esas personas a bordo de ese barco como si ellas también estuvieran en el mismo estado y sin embargo estuvieran andando sobre nada. Cualquier persona fuera de esa esfera no podía ver nada, salvo la forma claramente definida del casco del barco en el agua... Quedan muy pocos de la tripulación experimental original ahora, Señor. La mayoría enloqueció, uno salió a través de la pared de su alojamiento a la vista de su mujer e hijo y otros 2 miembros de la tripulación (No volvió a ser visto), dos "se fueron al Fuego" o sea se inmovilizaron y se incendiaron mientras llevaban unas brújulas comunes... (ardieron 18 días)... El experimento fue un éxito completo. Los hombres fueron fracasos completos. Revise periódicos de Filadelfia buscando un parrafito (parte superior de la hoja, interior del periódico cerca del tercio final del periódico, 1944-46 en primavera u otoño o invierno, no en verano) de una noticia describiendo las acciones de los marineros después de su viaje inicial. Asaltaron un local en el astillero de la Marina "Gin Mill" o "Beer Joint" y causaron tanta conmoción y parálisis de las camareras que poco de comprensible se les pudo sacar, que el párrafo y el que lo escribió No Lo cree, y dice "Sólo escribí lo que oí y esas mujeres están locas..." Le pido que haga este poco de investigación sólo para que se trague la lengua cuando recuerde lo que "pidió que se haga ley".

Muy rrespetuosamente suyo, Carl M. Allen P.S. Ayudaré más si usted ve que puedo.
"(...) Quiero mencionar que de algún modo también el Barco Experimental desapareció del muelle de Filadelfia y muy pocos minutos después apareció en otro muelle en Norfolk, Newport News, en la zona de Portsmouth. Éste fue señalado y claramente identificado como el lugar pero entonces el barco, de nuevo desapareció y volvió a su muelle de Filadelfia en sólo unos pocos minutos o menos. Esto también fue notado en los periódicos. Pero he olvidado en qué periódico lo leí o cuándo pasó(...).

jueves, 15 de septiembre de 2005

LOS TÚNELES DEL TIEMPO


Ayer comentamos el tema de las dos damas inglesas, las señoritas Jourdain y Moberley, las cuales se vieron en vueltas en una "aventura" en el Pequeño Trianón, en Versalles, donde creyeron sufrir una prolongada alucinación sobre la vida en el palacete en la época de su apogeo. Fue un caso poco corriente y, sin embargo, exactamente medio siglo después, otra pareja de inglesas, a las que llamaremos Dorothy Norton y Agnes Norton para guardar su anonimato y sobre todo porque así lo pidieron en su momento cuando se publicó la noticia, experimentaron una alucinación similar.

Ellas también estaban de vacaciones en Francia, en Puys, un pueblecito cercano a Dieppe. A las 5 y 20 de la madrugada del 5 de agosto de 1951, Agnes se despertó y preguntó a Dorothy: "¿Oyes ese ruido?" Dorothy lo oía: de hecho lo había estado escuchando desde hacía "unos veinte minutos", según el relato que escribió después. Las dos mujeres se quedaron despiertas y escucharon los extraordinarios ruidos que parecían provenir de la playa. Dorothy los describió después como "un rugido que disminuía y aumentaba". Finalmente, encendieron la luz y salieron al balcón, pero no pudieron ver la costa ni descubrir la fuente de los sonidos.

Los ruidos eran cada vez más fuertes. Las dos mujeres pudieron distinguir diferentes tipos. Dorothy identificó "gritos, cañonazos y bombarderos en picado", además de un bombardeo ocasional; según Agnes, los sonidos eran una mezcla de "cañonazos, granadas, bombarderos en picado, lanchas de desembarco y gritos humanos". Agnes declaró también que "todos los sonidos parecían llegar desde muy lejos, como en una transmisión por radio desde Estados Unidos, por ejemplo, en inconfundibles ondas de sonido".

Mientras escuchaban los ruidos, las dos mujeres llegaron gradualmente a la conclusión de que el origen de éstos debía ser paranormal. Para Dorothy las experiencias psíquicas no eran nuevas; había tenido varias anteriormente, aunque sólo una había sido sólo auditiva, como ésta. Había ocurrido cinco días antes. Dorothy había despertado a causa de un ruido similar, pero más débil. "Al final -dijo- me pareció oír hombres cantando." Los sonidos se acallaron cuando cantó el gallo, y se volvió a dormir. Pero Agnes no había oído nada, y no despertó.

Más tarde, los críticos que no aceptaron la experiencia de las dos mujeres como paranormal llamaron la atención sobre un punto. Dorothy y Agnes tenían a su disposición una guía que contenía un breve relato de la desastrosa incursión sobre Dieppe que habían realizado las fuerzas aliadas el 19 de agosto de 1942. Ambas mujeres admitieron ante los investigadores que conocían la existencia del relato de la guía, pero no lo habían leído antes de aquella noche. Los críticos señalaron que hacia más de una semana que estaban en Puys cuando ocurrió su experiencia; era raro que no hubiesen sentido curiosidad por la incursión, cuyo escenario estaba muy cerca de su hotel.

Mientras estaban en el balcón, a lo largo de tres horas, ambas tomaron nota detallada de los momentos en que escuchaban diferentes tipos de sonidos. Al día siguiente escribieron relatos separados, en los que aparecen pequeñas variantes; por ejemplo: aunque ambas dicen que la primera serie de ruidos cesó a las 04:50 de la madrugada, Agnes afirmó que la segunda serie había empezado a las 05:07,. mientras Dorothy dijo que fue a las 05:05. Cada una tenía su propio reloj, pero admitieron que el de Agnes solía ser más exacto, ya que el de Dorothy atrasaba algo.

Existe un hecho que puede explicar pequeñas discrepancias como ésta. Durante la segunda guerra mundial, Agnes había sido miembro del Women's Royal Naval Service (WRNS). Como resultado de su entrenamiento, pudo haber tenido un mayor conocimiento de las técnicas de observación y registro que su compañera.

Los investigadores G.W. Lambert y K. Gay, de la Society for Psychical Research (SPR), establecieron un cuadro detallado en el que comparaban el relato y las observaciones de las dos mujeres con lo sucedido durante la incursión sobre Dieppe. Los acontecimientos del 19 de agosto de 1942 comenzaron a las 03:47 de la madrugada. La hora cero para el desembarco de carros de combate en Puys y Berneval tendría que haber sido a las 04:50, pero se produjo una demora. La primera ola de barcazas llegó a Puys a las 05:07, y a las 05:12 los destructores habían empezado a bombardear Dieppe. La fuerza principal desembarcó a las 05:20. Los edificios de la costa ya estaban siendo atacados por los Hurricane de la RAF, que llegaron a las 05:15. A las 05:40 terminó el bombardeo. Exactamente 10 minutos después llegaron 48 aviones más de la RAF y se unieron a la batalla.

Estos detalles cronológicos fueron tomados por Lambert y Gay de un relato de la incursión totalmente desconocido por las dos mujeres.


"Un ruido indescriptible"

En septiembre de 1968, el señor R.A. Eades informó a la SPR de unas vacaciones que había pasado en Francia con su familia, a fines de agosto de 1951. En el curso de estas vacaciones, una noche que se hallaban acampados al este de Dieppe fueron despertados por un "ruido indescriptible, que continuó durante varias horas". La familia Eades discutió lo que oía y comparó el ruido con "un zoológico enloquecido", "una feria", "el recreo de una escuela amplificado y distante". Sin embargo, estaban convencidos de que no se trataba de ninguna de estas cosas, y al día siguiente se enteraron en la ciudad de que una draga había estado trabajando en la bahía. La máquina seguía allí, ahora inactiva.

Después de una prolongada correspondencia acerca del caso, éste fue reexaminado por un investigador independiente en 1969. Revisó todos los detalles con cuidado; puso en duda algunos de los principales puntos del relato, y puso de relieve otros, como por ejemplo la coincidencia con el aniversario del salto temporal de Versalles. Todo ello evidenció que la historia de la incursión a Dieppe, tal como la contaron Agnes y Dorothy, contiene algunas inexactitudes. Pero lo mismo sucedió con la versión Moberley-Jourdain de Versalles.

Las experiencias paranormales extendidas casi nunca coinciden totalmente con los hechos conocidos. Esto puede suceder porque mientras está presente un elemento paranormal -o sea, que se recibe información a través de fuentes extrasensoriales - las fuentes sensoriales también están transmitiendo información "normal".

Pero la cuestión sigue en pie: las dos experiencias, la de Moberley y Jourdain y la de las Norton, ¿fueron genuinamente paranormales? Lo cierto es que, a pesar de sus puntos comunes, ambas experiencias tuvieron características diferentes. La de Moberley y Jourdain fue auditiva y visual, mientras la de las Norton fue sólo auditiva. Además, en Versalles las dos mujeres no sólo hablaron a las personas que vieron, sino que recibieron respuestas (del caballero que les indicó la casa, por ejemplo, y del lacayo que se ofreció a enseñarles el camino). Agnes y Dorothy Norton, en cambio, eran simplemente un público; no desempeñaron ningún papel activo en el drama invisible que se representaba más allá de su balcón.

Moberley y Jourdain no parecían tener una idea clara de lo que encontrarían en el Pequeño Trianón. Poseían un conocimiento general de la historia de Francia en el siglo XVIII y de la vida de María Antonieta en Versalles, pero su visita al castillo de la reina fue sugerida principalmente por la posibilidad de dar un agradable paseo por los jardines en una tarde tibia.
En cuanto se acercaron al Pequeño Trianón, la excursión perdió todo el encanto. Las dos mujeres se sintieron deprimidas y desorientadas. Tuvieron dificultades para encontrar el camino por los bosques y los senderos. Lo extraño de la gente que encontraron -el hombre del kiosco, los corredores invisibles, el caballero, el lacayo, la dama con el fichú- las inquietaron.

Su relato de los acontecimientos de esa tarde, aunque fue escrito tres meses después, respiraba todavía esa inquietud. Si hubieran tenido la intención de engañar, de inventar una historia plausible o de perpetrar un fraude deliberado, seguramente hubiesen cuidado más los detalles de su relato.


En cuanto a la experiencia de Agnes y Dorothy Norton en Puys: ellas poseían también un conocimiento meramente general de la historia de la zona. Sin embargo, estuvieron tres horas en su balcón escuchando los ruidos de una batalla invisible que se desarrollaba en la playa de Dieppe, cuyos detalles coincidían en general con otros relatos de la famosa incursión de 1942. Su experiencia no es única: otros observadores se han encontrado con representaciones de batallas de otros tiempos.




Un tema delicado:

Los críticos dieron mucha importancia a las discrepancias entre las declaraciones de Agnes y Dorothy. Pese a eso, hay que subrayar dos detalles en defensa de estos relatos. Primero: Dorothy, y no Agnes, era una dotada reconocida. Agnes puede haber actuado como medium, y puede haber respondido con más lentitud al estímulo de los sonidos. Segundo, no hay dos personas que vivan de la misma manera un hecho idéntico, particularmente cuando se trata de calcular tiempos. Los relatos de dos testigos de un mismo acontecimiento raramente coinciden.

No obstante, existen objeciones más serias a la afirmación que hicieron las Northon de que su experiencia fue paranormal. Los críticos han sugerido varias explicaciones naturales para los ruidos que oyeron. La draga que trabajaba en la bahía, por ejemplo: el ruido de una draga es inconfundible; es un sonido regular y fluctuante, a mitad de camino entre un gruñido y un zumbido. Pero no es un "rugido", como dijo Dorothy, y ninguna draga podría reproducir los ruidos de una batalla. El ruido de un bombardeo en picado no se olvida cuando se ha oído una vez. Pero, ¿lanchas de desembarco? ¿Qué ruido pueden producir que sea identificable a distancia? Este detalle pareció poco plausible a los críticos, pero es posible que aquel ruido resultara familiar a Agnes, a causa de su trabajo como WRNS durante la guerra. El ruido de aviones: ¿habrá sido simplemente el de los vuelos regulares que pasaban sobre Puys?
Pero algunas cuestiones quedan sin respuesta. Las Norton dijeron que mientras escuchaban los ruidos de la batalla en la playa, tenían conciencia de que se trataba de una experiencia paranormal. Esto es muy raro. Uno de los rasgos más característicos de las experiencias psíquicas es que quienes las experimentan pocas veces las reconocen como tales hasta después.

Los sujetos suelen sentir asombro e incomodidad mientras ocurre, pero eso se explica porque están recibiendo información simultánea de dos orígenes distintos: los sentidos, confinados en el tiempo cronológico, y una fuente paranormal, que no experimenta esas restricciones. Además, el comienzo de una experiencia psíquica con frecuencia aparece asociado con la emisión de ondas alfa, el "punto muerto" del cerebro, cuando el sujeto no se está concentrando en nada de particular. El acto de concentrarse en una experiencia paranormal generalmente hace que las ondas alfa sean reemplazadas por otras, que sacan al sujeto del estado en que puede experimentar fenómenos psíquicos. Si Agnes y Dorothy Norton notaron que lo que escuchaban tenía una fuente paranormal, es raro que no hayan "emergido" inmediatamente de la experiencia.

La experiencia de las señoritas Moberley y Jourdain en Versalles sí parece tener todos los rasgos de un error del tiempo retrocognitivo. El paisaje traspuesto, la presencia de gente de otra época, los intercambios entre las dos mujeres del siglo XX y la gente que encontraron mientras recorrían bosques y senderos, todo sugiere que el tiempo se había dislocado.

El caso de Dieppe es menos claro. Lo que suscita mayores dudas son, curiosamente, los detalles adicionales proporcionados por Agnes, pese a que la psíquica era Dorothy.

¿Será posible alguna vez probar sin ningún género de duda que una experiencia en la que se revive el pasado es paranormal? Parece que no, porque aún cuando varios testigos confirman un relato detallado de la experiencia, nunca falta quien aduce alucinación o telepatía.

miércoles, 14 de septiembre de 2005

UNA EXCURSIÓN AL PASADO



En una cálida tarde de agosto de 1901, dos maestras de mediana edad, las señoritas Anne Moberloy y Eleanor Jourdain, decidieron aprovechar sus vacaciones en París para visitar el palacio de Versalles, que ninguna de las dos conocía. Ambas se interesaban por la historia y poseían cierto nivel cultural, ya que la señorita Moberley era directora del Instituto St Hugh y la señorita Jourdain, de una escuela de niñas en Watford. Ninguna de las dos tendía a ser crédula ni neurótica.

Después de recorrer el palacio se sentaron a descansar en la Galería de los Espejos. Las ventanas abiertas y el aroma de las flores las incitaron a volver a salir, esa vez en dirección al Pequeño Trianón, el palacete que Luis XV construyó en los terrenos de Versalles, y que su sucesor, Luis XVI, regaló a la reina María Antonieta. Llegaron a un lago alargado, a cuya derecha había un bosquecillo con un claro, y después a otro estanque, junto al cual se levantaba el Gran Trianón, palacio construido por Luis XIV. Lo dejaron a su izquierda y llegaron hasta un sendero cubierto de hierba.
No estaban seguras del camino y, en vez de bajar por el sendero, que llevaba directamente al Pequeño Trianón, lo cruzaron y siguieron por un sendero lateral. La señorita Moberley vio a una mujer asomada a la ventana de un edificio que había en un recodo del sendero; sacudía una tela blanca. La inglesa se sorprendió al ver que su amiga no se detenía a preguntarle el camino. Después se enteró de que la señorita Jourdain no lo hizo porque no había visto ni a la mujer ni el edificio.
A esas alturas, las dos mujeres no tenían conciencia de que sucediera algo extraño, y conversaban animadamente sobre temas que no tenían nada que ver. Doblaron a la derecha, pasaron junto a unos edificios y distinguieron el final de una escalera tallada al otro lado de un portal abierto. No se detuvieron, sino que tomaron el sendero central de los tres que había delante de ellas; la única razón para que lo hicieran fue la presencia de dos hombres que parecían estar trabajando allí, con una especie de carretilla y una pala puntiaguda. Parecían jardineros, aunque las mujeres pensaron que vestían de forma rara; llevaban largas chaquetas gris verdoso y tricornios. Los hombres les dijeron que siguieran en línea recta y las amigas continuaron como antes, absortas en su conversación.



Irrupción del pasado:

Fue más o menos entonces cuando las dos mujeres comenzaron a sentir una cierta opresión (de forma independiente; no comentaron el hecho en aquel momento); observaron que su entorno era curiosamente llano, y ambas tuvieron la sensación de que el paisaje se había vuelto bidimensional. Esas sensaciones se hicieron abrumadoras cuando se acercaron a "un pequeño kiosco de jardín, circular, como un kiosco de música; junto a él se sentaba un hombre". A ninguna de las dos le gustó el aspecto del hombre; su rostro era oscuro y repulsivo. Notaron que llevaba una capa y un sombrero al estilo español. Aunque no se sentían muy seguras de su camino, por nada del mundo le hubiesen dirigido la palabra al hombre del kiosco.
Sintieron alivio al escuchar pasos que se acercaban aprisa detrás de ellas pero, cuando se volvieron, el sendero estaba vacío. Con todo, la señorita Moberley vio a otra persona que apareció súbitamente. Parecía "sin duda, un caballero, alto, con grandes ojos oscuros... cabellos negros rizados". El también llevaba capa y sombrero español y parecía nervioso cuando les indicó dónde estaba la casa. Les sonrió de una forma que les pareció peculiar pero, cuando se volvieron para darle las gracias, había desaparecido. Volvieron a escuchar el ruido de alguien que corría, aparentemente muy cerca de ellas, pero no vieron a nadie.
Cruzaron un puentecito sobre un barranco en miniatura, miraron la cascada que caía junto a él y, finalmente, llegaron a "una mansión campestre pequeña, cuadrada y sólidamente construida", con una terraza que daba al norte y al oeste. La señorita Moberley vio a una dama sentada en el césped, de espaldas a la terraza, que parecía estar haciendo un dibujo. La dama las miró fijamente cuando pasaron junto a ella. La señorita Moberley comentó que, aunque era bastante bonita, ya no era joven, y no le pareció atractiva. Esto no le impidió observar el vestido que llevaba, de una tela ligera y escotado. Sus abundantes cabellos rubios estaban cubiertos por un gran sombrero blanco.
Las dos inglesas pasaron junto a ella en silencio y subieron a la terraza; la señorita Moberley se sentía como si estuviera andando en sueños. Entonces volvió a ver a la dama, esta vez de espaldas, y sintió alivio porque la señorita Jourdain no le había preguntado si podían entrar en la casa. En realidad, la señorita Jourdain no la había visto.
Estaban ya en el ángulo sur oeste de la terraza. Cuando se volvieron, vieron una segunda casa de la que salió un joven (con "aspecto de lacayo") quien les ofreció acompañarlas en la visita. Entonces se les unió una alegre boda y se sintieron de mejor humor.
Las dos señoritas no hablaron de estos acontecimientos durante la semana siguiente. Sólo cuando la señorita Moberley se puso a escribir su versión de los hechos y volvió a sentir una sensación de opresión, preguntó a su amiga: "¿No crees que el Pequeño Trianón está embrujado?" La señorita Jourdain pensaba lo mismo. Sólo entonces compararon las notas y supieron las diferencias existentes entre sus experiencias.
Ambas mujeres escribieron, tres meses después y por separado, sendos relatos completos de lo sucedido. Este lapso de tiempo fue uno de los factores que provocaron el escepticismo de comentaristas posteriores: los recuerdos de un suceso, registrados al cabo de tres meses, eran menos exactos que si se redactaban de forma inmediata. Las maestras eran pues, sospechosas de "reconstrucción imaginativa".
Sin embargo, existían leyendas relacionadas con el Trianón que apoyaban su versión. Una amiga parisina de la señorita Jourdain le contó que gente de Versalles había visto a María Antonieta, un día de agosto, sentada en los jardines del Pequeño Trianón, con un vestido rosa y un gran sombrero de paja. El lugar, en su conjunto -las personas presentes y el tipo de diversiones- parecía, según dijo esta amiga, una reproducción exacta del fatídico 10 de agosto de 1792, día del saqueo de las Tullerías, de la fuga de la familia real a París y del encarcelamiento del rey y la reina en el Temple. Las dos señoritas se preguntaron si se habrían topado con algún recuerdo de la reina, proyectado por ella sobre el Trianón o retenido por el propio lugar. Desconcertadas por lo que habían encontrado, decidieron comparar los detalles de su experiencia con los hechos, y regresaron a Versalles.



Un círculo de influencia:

La señorita Jourdain volvió sola al Trianón en enero del año siguiente, y de nuevo sintió una cualidad alucinatoria en el lugar, derivada en parte de la atmósfera y en parte de lo sucedido anteriormente. Algunos detalles eran diferentes: el kiosco, por ejemplo, no parecía ser el mismo edificio, y al comienzo no sintió nada extraño. Sólo cuando atravesó el puente que conduce al Hameau (Aldea), donde la reina María Antonieta y sus amigos jugaban a los campesinos, sintió como si hubiese atravesado una línea, como si hubiese entrado en un circulo de influencia. Vio un carro que estaba siendo cargado de leña por dos peones que llevaban túnicas y capas con capucha. Volvió un momento la cabeza hacia el Hameau, y cuando miró nuevamente los dos hombres y el carro habían desaparecido.
Hubo otros incidentes: la visión de un hombre embozado moviéndose entre los árboles, el crujido de vestidos de seda, la sensación de estar rodeada por una multitud de seres invisibles, el sonido de una banda distante tocando música ligera; pero ninguna de esas sensaciones era comparable a los hechos de agosto de 1901.

Las dos amigas volvieron varias veces a Versalles, pero nunca revivieron su primera experiencia. Por el contrario, descubrieron que la disposición del jardín había cambiado mucho desde su primera visita. Algunos bosques habían desaparecido; ciertos senderos también; había edificios alterados; el kiosco había desaparecido; el barranco, el puente y la cascada también. El Trianón del siglo XX tenía muy poca relación con el que habían visto la primera vez. Desconcertadas e intrigadas, las dos maestras emprendieron una investigación de la historia del Trianón de la reina María Antonieta.
Hay que tener en cuenta lo poco que se sabia en esa época de las experiencias retrocognitivas a gran escala. Como esta aventura fue especialmente compleja, la explicación más simple parecía ser que habían tenido una alucinación, que sus recuerdos eran inexactos o que estaban "adornando" su experiencia; también se habló mucho de que ninguna de las dos mujeres se apercibió en aquel momento de que estaba viendo cosas que no existían.

Las dos maestras se sentían lo suficientemente convencidas de la rareza de su experiencia como para querer comprobar los hechos, ya que en los años siguientes se tomaron el trabajo de investigar los detalles de la estructura original del Trianón, la disposición primitiva de los jardines y el nombre de su responsable, la clase de trabajadores que podía emplear la reina allí y los uniformes que podrían haber llevado. A la luz de los resultados, el sarcasmo de un periodista que dijo que habían visto a gente real en 1901, con ropas de 1901, no se sostiene. Los uniformes gris-verde y los tricornios no correspondían a funcionarios del Trianón de 1901, ya que "el verde era el color de la librea real, y ahora nadie lo lleva", según los resultados de la investigación de Moberley y Jourdain, publicada en las últimas ediciones de su libro An adventure (Una aventura). Las apariciones, ¿pudieron ser una mascarada?; la música fantasmal, ¿la de una orquesta real que tocaba fuera de la vista? quizá, pero, ¿por qué había máscaras corriendo por bosques inexistentes y senderos desaparecidos en un cálido día de agosto de 1901? Se podrá objetar que Moberley y Jourdain se paseaban por ese mismo paisaje en ese momento, pero no corrían, ni iban disfrazadas. En cuanto a la música que oyó la señorita Jourdain en 1902, descubrió inmediatamente que ninguna banda había estado tocando esa tarde.


Una ocurrencia tardía:

El kiosco que vieron se parecía algo a uno que había figurado en los planos originales del Trianón como una ruine -o sea, una locura decorativa-, pero no es seguro que fuera construido alguna vez. De hecho, el kiosco fue una fuente de dificultades para las dos maestras en sus esfuerzos por identificarlo con algún rasgo original del Trianón; vacilaron y modificaron sus opiniones. Les parecía que "tenía algo de chino". Un critico francés, Léon Rey, que escribía en la Revue de París, lo identificó con un edificio llamado Jeu de Bague, que era de estilo vagamente oriental. Pero las dos inglesas no estuvieron de acuerdo y señalaron las discrepancias entre el kiosco del 10 de agosto -que, después de todo, ellas habían visto y Rey no- y el Jeu de bague Su referencia a "algo de chino" no fue hecha hasta 1909, lo que sugiere una ocurrencia tardía. Sin embargo existen datos de que, en 1774, el jardinero jefe de María Antonieta, Antoine Richard, había planeado la construcción de un kiosco pequeño, del tipo del que las dos maestras creyeron ver en 1901.

A medida que uno examina los "hechos" narrados por Moberley y Jourdain, y las acusaciones y contraacusaciones que se les hicieron a lo largo de los años (hasta los años cincuenta), su relato y su interpretación se vuelven cada vez más confusos. El hombre moreno que inspiró tanta aversión a las maestras fue "identificado" como el conde de Vaudreuil, quien desempeñó un siniestro papel en los últimos meses del reinado de María Antonieta, aunque otro critico sugirió que la figura podía haber sido el anciano Luis XV. Apenas existe un detalle en la narración de las dos mujeres que después no haya sido contradicho o discutido por otra explicación, aún más improbable, de lo que habían visto originalmente.
Resultaría pesado reconstruir los pasos de las investigaciones que Moberley y Jourdain realizaron a lo largo de varios años, o discutir las muchas formas en que han sido interpretados los detalles de su aventura. Los críticos no sólo contradijeron a las maestras sino que se contradijeron entre sí, e hicieron los mayores esfuerzos por demostrar que las mujeres imaginaron lo que vieron, lo mal interpretaron, lo distorsionaron o lo desfiguraron; Sus investigaciones, según los críticos desfavorables, no fueron suficientemente cuidadosas ni estuvieron bien llevadas; ellas dejaron que investigaciones posteriores influyeran en el relato que hicieron de los hechos, y adoptaron a posteriori sus propias experiencias para que coincidieran con lo que habían descubierto. En otras palabras, (los críticos afirmaron que Moberley y Jourdain habían distorsionado sistemáticamente los libros para que coincidieran con su historia. Las dos damas, cuya inteligencia parece haber sido tan aguda como la de sus críticos, fueron condenadas como una pareja de solteronas crédulas, cuyas cabezas estaban llenas de tonterías románticas acerca de la desventurada reina de Francia.

Sin embargo, ésta no es la impresión que se obtiene al leer los documentos Moberley-Jourdain. Las mujeres parecen equilibradas, sensatas y verdaderamente intrigadas por lo que les sucedió aquel día de agosto de 1901. Sus investigaciones posteriores fueron tan completas como permitieron la oportunidad y la disponibilidad de materiales, y aunque las dos mujeres fueron acusadas de alterar su relato original para adaptarlo a hechos revelados posteriormente, bien podría ser que no hubieran entendido lo que habían visto hasta que el descubrimiento de ciertos hechos lo aclaró. Desde luego, Moberley y Jourdain no conservaron un registro minucioso y un relato documentado de lo sucedido. Probablemente, nunca se les ocurrió que eso seria necesario para probar su veracidad.

No es posible juzgar qué sucedió realmente el 10 de agosto de 1901. Es probable que las maestras tropezaran con una alucinación a gran escala consecuente con las condiciones de un salto temporal retrocognitivo. El aspecto más interesante de la cuestión fue el constante intercambio, visual y verbal, que al parecer tuvo lugar entre las figuras del pasado y las del presente.

Tampoco fue única, en cuanto a la escala, la aventura de Versalles, ya que otras dos inglesas vivieron una experiencia similar en Dieppe 50 años después.
También está disponible una dirección de mail para pasarnos artículos, comentarios, críticas, fotos, todo aquello que queráis hacernos llegar.
Próximo Capítulo:
VIAJES A TRAVES DEL TIEMPO

martes, 13 de septiembre de 2005


Finalmente y por razones externas muy habituales en nuestro país, nuestra línea ADSL (de Telefonica) está en la actualidad inoperativa, hasta nuevo aviso, pero lejos de evitar un retraso considerable, nos enorgullece que el primer artículo (promete ser impactante) será publicado mañana miércoles 14/09/05.

También está disponible una dirección de mail para pasarnos artículos, comentarios, críticas, fotos, todo aquello que queráis hacernos llegar.

e-mail: lavcolumna@gmail.com

MAÑANA ENTRARÉIS EN UN NUEVO UNIVERSO!!!!!!

jueves, 8 de septiembre de 2005


Estas simples frases son el inicio de algo grande, de algo que hará que miles de navegantes consulten cada dia este blog, en busca de información escondida, de misterios, de conspiraciones y de todos aquellos temas que, inevitablemente nos harán recordar aquellos días que nos sentabamos delante del televisor, esperando la sintonía de nuestra serie favorita: The X-Files (Expedientes X).

De momento, simplemente deciros gracias por estar ahí, y que la verdad está ahí fuera sólo hace falta que alguien la muestre, se compare, se analice y sepamos aquello que nos hará más libres.

Este fin de semana será la inauguración oficial del Blog de La V Columna!!!!!