martes, 19 de diciembre de 2006

APRENDER CON EL TIEMPO

Ayer un buen amigo mío, me hizo recordar algo que tenía olvidado, y que os quiero hacer partícipes, para que de vez en cuando tengáis presente y no se olvide nunca.



Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse, y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo... aprenderás...


COMPTINE D’UN AUTRE ÉTÉYann Tiersen

viernes, 15 de diciembre de 2006

VIAJE EN TREN, SUEÑOS DEL PASADO


Viajo en tren a diario, incluso muchos de los fines de semana. Cuando no estoy leyendo, enfrascado en alguna lectura absorbente, suelo pasarme todo el trayecto hacía el lugar de destino mirando por el cristal, sobretodo cuando lo cojo muy temprano y empieza a salir el sol, y eso ocurre sólo los días que voy al gimnasio, dónde los madrugones son considerables y me levanto a las 05:15h de la mañana para entrenar.

Casi todo el viaje puedo contemplar las montañas y los coches que fluyen armoniosos por la C-58, que pasa en uno de los tramos del recorrido, muy cerca del tren, pudiendo ver las luces rojas en dirección hacia Barcelona, y las blancas saliendo de la ciudad hacia otros destinos dispares en la geografía. Forman ese gran calidoscopio de historias personales, de deseos puestos cada mañana para que el destino les escuche y se los cumpla, de esperanza puesta en el día que empieza y sea mejor que el anterior en especial si ha sido malo; en cambio si ha sido bueno al menos se le pide que se mantenga y no se estropee.

De fondo música en el ipod que siempre viene conmigo, es mi amigo más inseparable que tengo en formato inanimado, el resto se lo dejo a mis amistades de carne y hueso. Hoy me encontraba escuchando un concierto en directo del francés Yann Tiersen, capaz de transportarte con sus arreglos musicales, y sus sonidos compuestos con el alma, hacia el mejor de los sueños oníricos de la existencia. Cierro de vez en cuando los ojos, para que mi cerebro disfrute de cada uno de los instrumentos, y pueda separarlos por canales para transportarlos a cada uno de mis órganos internos: el bajo para los riñones, la batería para el estómago, el saxo para los pulmones, el acordeón para los ojos, y así hasta el punto que mi cuerpo se convierte en la sala misma del concierto, amplificando el sonido, realzando los aspectos de cada instrumento.

Esta música es ideal para acompañarme por esa visión del paisaje bucólico de la gente que se dirige hacia su trabajo. Con sus pensamientos atacando a sus neuronas, con sus frustraciones, las ilusiones del cambio, la esperanza del reencuentro, y con esa sensación de prepotencia que a veces nos invade y que nos inyecta la adrenalina que necesitamos para poder arrancar el día con la mejor de las caras posibles, sin que nadie note que a menudo somos el sparring de alguna conspiración cósmica decidida a aniquilar la poca cordura que nos queda.

Suelo sonreír a las personas que me miran a los ojos con cara de estar preocupadas por alguna cosa suya, que no saben a quién contar, ni cómo hacerlo, y veo que tienen el corazón roto de dolor o atormentado. Es una leve sonrisa, lo que les devuelvo, esperando crear un clima tranquilizador y que con mi mirada y mi sonrisa pueda transmitirle cierta paz interior y relajar eso que le pesa en el cuerpo y no les deja vivir en paz. No siempre debo de conseguir esa finalidad, pero la mayoría de veces si que lo hago, y se nota, y aunque sea por unos instantes esa persona no se ha sentido sola y ha visto que una persona desconocida ha compartido un rato su dolor.

Pero me entristece ver como la tónica general de este mundo que nos ha tocado vivir, de esta época de caos en la que parece estar sumida el planeta entero, cada vez más, invada y penetre en más personas, que esos miedos que tienen algunos se apropien de las almas de los demás, y les lleven al abismo de la oscuridad esperando apaciguar al demonio interior si le entregan la alma de otro junto a la suya, esperando que el castigo sea entonces perdonado. Y me hace llorar cuando no consigo salvar el alma de alguien que merece ser salvado, de esa persona que nunca ha hecho nada malo, y que ha decidido vivir en paz. Pero perdí las alas hace mucho tiempo ya, y no conservo esos poderes que un día me otorgaron para defender aquello que se creó. Me enamoré de alguien cambiando la inmortalidad de mi ser por la vulnerabilidad del vivir las consecuencias de gente despreciable.

No me arrepiento, en absoluto. Sólo procuro volverme a ganar esa confianza y que los poderes se me restablezcan para poder cambiar el curso de los acontecimientos de aquellos que se lo merecen, y les devuelva lo que se han ganado siendo buenas personas y manteniéndose puros ante la adversidad que les intenta partir en dos. Lucharé por ello, con todas mis fuerzas, aunque en ese combate pierda más que los poderes, pierda mi vida mortal. Siempre seremos libres para escoger nuestro camino, aceptando las consecuencias de nuestros actos, y el único juez somos nosotros/as mismos/as, no dejéis que nunca nadie os diga lo contrario, y la felicidad no se busca, se aprovecha lo que uno tiene para ser feliz.


I CAN’T MAKE YOU LOVE MEBonnie Raitt

miércoles, 13 de diciembre de 2006

EL INSTANTE Y EL SUSURRO DE LAS ALMAS


Los meses siguen pasando, por propia inercia, dándome la razón en muchas cosas que he dicho, consejos que he dado y que me han pedido, o en pensamientos que me he guardado para mi, pero que también he acertado. No se trata de ser más o menos listo, no es el caso. Todo cae por su propio peso, y eso es una realidad física al menos en nuestro Universo.

Ese microcosmos que día a día creamos o bien que intentamos rehacer para pensarnos que no estamos solos, se empieza a desmoronar para algunos/as y entonces sólo les queda chillar, pero no por mucho chillar se te oirá mejor, sobretodo si tenemos presente que la humanidad ha perdido esa capacidad de escucharse unos a otros, haciendo que la capacidad de entender, de respetar, de perdonar, de salvar, se atrofie malogrando años de avances metafísicos y oníricos.

A muchos/as eso quizás no les importe demasiado, hasta que se dan cuenta que sin saber porqué se les ha vaciado el alma, y su existencia parece no tener un rumbo claro y firme; es entonces el motivo por el que no les queda más opción que la de gritar bien fuerte, sin ser conscientes que se han alejado tanto que desgraciadamente siempre estarán solos/as, y no se les oirá nunca más, llevándose el aire con pulso firme, sus plegarías de reconciliación con el resto del planeta.

Es por eso que cada día que pasa me doy más cuenta que tengo un problema, y de los serios, y que por alguna magia del destino en multitud de ocasiones veo las cosas antes de que ocurran, no ocurre siempre, sólo cuando las neuronas se topan en ese justo instante con las señales que nuestro cenit o el de alguien deja escrito a modo de guión de la vida, de aquello que nos rodea, de aquello que nos empapa de sentimientos, y por sincronicidad descifro ese código oculto en la mente, para segundos después ver con claridad las respuestas y los acontecimientos, y ver ese mundo paralelo que se escondía oculto entre bambalinas.

Algunos autores lo llaman Premonición, otros simple intuición desarrollada, o capacidad de agudeza visual y descifrar los códigos gestuales y del habla. No sabría deciros cual es la opción o teoría cierta, pero en mi búsqueda personal hacía el saber, sólo he conseguido confundir más un idea que ya tenía desde el principio. Ni leyendo el último libro de Soren Kierkeggard, o los libros del psiquiatra norteamericano el Dr. Oliver Sacks, he conseguido saber con certeza, porque en ciertos momentos de nuestra vida se despiertan ciertos sentidos que desconocíamos poseer, y vemos las cosas de otro modo, incluso respiramos distinto y nuestra concepción del mundo que nos rodea se modifica de repente, como cuando en un arrebato de furia mientras pintas un cuadro decides romper el lienzo y empiezas de nuevo, sólo que en este caso no he roto el lienzo si no que he pintado encima, para recordar y tener presente siempre aquel que fui, y aquello que viví para no mostrarlo nunca más.

Quizás sólo con los libros de Carl Gustav Jung consiga acercarme a una visión más oriental del alma y ese prisionero que somos nosotros mismos y que habita un cuerpo que a veces no hacemos nuestro, ni nos gusta, ni lo aceptamos pero que malvivimos con él por haber sido despechados en el cielo antes de nacer.

La DespedidaManu Chao