viernes, 16 de marzo de 2007

EL RENACER DEL AVE FÉNIX



Siempre se ha dicho que hay una primera vez para todo. Puede que sea cierto, aunque quizás es lo que nos ocurre cada día cuando nos levantamos y no vemos que esa ya es la primera vez de la cual tanto se ha escrito, y que cuenta tanto la gente. Esa vez en la que todo lo que nos sucede nos sorprende, nos llena y nos hace sentir bien. A veces, en los pequeños detalles existe la verdadera magia de lo que mueve este mundo. Y dejamos, a menudo, que otros pensamientos estropeen todo esto, sin mirar de evitarlo.

El peor enemigo que tenemos es uno/a mismo/a, siendo más cruel si cabe, sin piedad, sin escrúpulos, deseosos de destruir y devolver al resto del planeta lo que nos han podido hacer. Pero así no podemos vivir, no es digno, no nos hace mejores personas. Y necesitamos reinventarnos, renacer, escapar de nosotros/as mismos/as, asustándonos de nuestra propia sombra, girando la cabeza para ver si nos siguen, teniendo palpitaciones por unos ruidos imaginarios que no reconocemos.

Comparto el pensamiento de un amigo mío. Lo discutimos muy a menudo, en el coche, con un café, en el tren, y siempre llegamos a la misma conclusión, pero nunca podemos escapar de ella. Quizás debamos de empezar a tomarlo de otro modo, de dejar que deje de afectarnos tanto, de que nos consuma las entrañas. No vale la pena. Debemos de continuar hacia delante, con pasos firmes, serenos, y dejar que el destino haga el resto por nosotros. Ya llegará nuestro momento, ya vendrá el día en que mientras tomamos un café nos digamos que era cierto aquello que nos planteamos el día del cambio, el día que nos fijamos unos objetivos determinados que en ese instante quizás nos parecían inalcanzables.

Sabe que puede tomar la decisión que crea conveniente que yo estaré ahí con las manos preparadas para evitar que se caiga, para darle ese abrazo de quién ha pasado por lo mismo y puede entender que le ocurre, que le pasa por la cabeza, que piensa su cerebro y que siente su corazón. NO es una posición sencilla la suya. Pero no está solo. Y aunque buscamos lo que canta la canción de hoy Miguel Bosé, también es cierto que ellas se lo pierden mi querido amigo, y que no subirse a ciertos trenes o querer bajarse de otros antes de tiempo, puede arruinar un futuro sentimental que no superará esa ausencia que hemos dejado o lo que hubiera supuesto tenernos hasta el fin de los tiempos, algo que por desgracia no conseguirán averiguar.

De momento mientras esperamos, volaremos por las alturas cual ave fénix que resurge de sus cenizas para convertirnos, aún si cabe, en mejores personas mientras las nubes se desplazan con rapidez por la fuerza de nuestros aleteos bajo nuestros pies, dejando por un tiempo que nuestra libertad nos guíe y el aire nos devuelva la sonrisa, y de paso que se lleve bien lejos sus nombres, y los recuerdos que albergamos aún guardados en la memoria.

Es el momento de hacer limpieza en el corazón, y no dejarnos ni una esquina sin quitar la suciedad que tanto nos lo afea; y la mejor manera es escuchar la letra de la canción que he escogido hoy mientras leéis el artículo, y entender por qué las aves vuelan tan alto.



PUEDE QUEMiguel Bosé

5 comentarios:

Sergio dijo...

Lo más fácil creo que será no tomar ninguna decisión... Dejaré que las tomen por mi.

Un abrazo tío!

Lucía dijo...

Perdón por adelantado por entrometerme en algo que parece bastante personal, pero yo animo a tomar siempre decisiones propias sobre todo lo que nos incumbe en esta vida.
Después te puedes haber equivocado o no con esa decisión, pero siempre será tuya.

Me encanta la redacción como siempre.

La Quinta Columna dijo...

jajaja Lucía, tienes razón en lo que dices, y por supuesto que no te entrometes; para nada, no pienses eso xD. La opinión es libre, como el pensamiento, y las acciones.

Gracias por tus palabras como siempre :)))))

Lara dijo...

Siempre me ha gustado la idea del ave Fénix...

Tu amigo se puede considerar muy afortunado por tenerte a su lado. Seguro que le apoyarás tome la decisión que tome.

Besos.

Anónimo dijo...

Aunque ya hace más de un año de esto; Lara tiene mucha razón, y es que tu amigo es muy afortunado. Cuando se caiga siempre habrá alguien que le amortigue la caída; siempre habrá alguien que cuando se queme y resurja de sus cenizas le ayude a levantar el vuelo.
Sí, ciertamente, tu amigo tiene lo mejor de este mundo, y es que cuando le vayan mal las cosas y piense que está sólo, no lo estará.

Hay mucha gente que no tiene esa suerte; y por mucho que quiera resurgir de sus cenizas, se sienten en una quema constante, sin poder rehacerse a sí mismos, y poder levantar el vuelo por fin.

Un saludo para todos, y un placer.