miércoles, 25 de octubre de 2006

LA SENCILLEZ DE LAS PALABRAS

Ayer escribí un artículo con la única finalidad real de intentar ayudar sobretodo a dos personas, las cuales aprecio más quizás de lo que puedan pensarse. Él por su situación actual en el plano sentimental pensé que podía serle de ayuda, y ella por lo mismo. Los dos me dieron las gracias. Ya saben, y si no es así se lo digo ahora, que no hace falta, lo hago más que encantado.

Ella necesitó tanto estas palabras que por la tarde me pidió invitarme a un café en una terraza del centro de Barcelona, y seguir la conversación. Dos horas en el Starbucks en la esquina de la calle Pelai, cerca del Fnac el Triangle, viendo pasar la fauna que habita en esta gran ciudad cosmopolita, y con una conversación más que agradable, conseguimos sacar muchas cosas en claro, más de lo que nos planteamos cuando quedamos. Y me enorgullece que ella dejáse que la aconsejara con el corazón en la mano (no sé hacerlo de otro modo).

Ella sabe que la quiero como a mi hermana, y que me tiene para lo que necesite. Y a los demás que me conocéis os digo lo mismo, siempre que mi apretada agenda me lo permita, y mi sueldo no suponga un impedimento, estoy para hablar, o para estar en silencio como decía otro amigo en su blog personal, al cual respeto por distintas facetas suyas y espero que lo sepa y se lo pueda demostrar en el futuro.

Tengo suerte (nunca lo he dudado, aunque en mi pasado no fue así, aprendí de los errores) de rodearme de gente auténtica, cariñosa, especial, con la cabeza como suele decirse bien amueblada, y de la que sólo puedo arrepentirme no poder estar más tiempo con ellos y ellas. Todo tiene solución, no?. Tendré que robar o preparar el atraco del siglo si quiero dedicarle horas, ya que no se trata de sueño, si hace falta le robo horas al sueño y a mi cansancio para estar con ellos/as cuando lo necesiten, ya descansaré cuando me muera, pero el dinero que consigo de mi contrato conceptual de vender mis neuronas por un mísero sueldo, llega más a una prostitución mental y corpórea que a un me pagas bien y te regalo la mayor implicación de todas. En fin, que sólo me pagan profesionalidad y ser puntual en el trabajo; pero pronto llegará mi hora, mi cambio radical, mi luz existencial, y mi despegue hacía las estrellas. Es largo, y quizás lo cuente en el blog, personalmente a estas personas a las cuales hago referencia ya saben que me lo pueden preguntar.

Hoy quería dejar patente esto. Mañana un artículo que escribí hace unos años para una revista con el título: “¿Quién te ha dicho que el Blues ha muerto?”. El cual me apetece recuperar para que veáis que escribí allá por el 1991. Espero os guste.

De momento la recomendación de hoy de la canción para acompañar esta lectura es de Genesis, en concreto Land of Confusion para que la tierra no os confunda más de lo debido y sigáis siendo personas buenas, íntegras, con el alma pura y sigáis vuestro camino, estando alerta de las señales que vuestro destino os tiene preparado. Conseguiréis algo que no hay palabras para describirlo.

Suerte en vuestra búsqueda, que el premio de mi corazón ya lo tenéis ganado.

4 comentarios:

Sergio dijo...

Ahora que he leído tu blog me ha venido a la memoria una letra de poesía de la calle...

"A la sombra de mi sombra
me estoy haciendo un sombrero;
sombrero de largas pajas
que he recogido del suelo.

Lo haré con el ala ancha,
que casi llegue hasta el cielo
pa' muchas veces no ver
las cosas que ver no quiero.

No quiero ver injusticias ni miserias;
no quiero ver militares ni princesas;
no quiero ver dictaduras ni pobrezas;
no quier ver religiones ricas, ni reinas.
Que sólo quiero yo ver a los pobres sin miseria;
a los ricos sin dinero desnudos en esta tierra;
a infinitos corazones unidos por el amor
y unidos contra la guerra.

A la sombra de mi sombra
me estoy haciendo un sombrero
pero voy a dejar de hacerlo
para luchar con dos güevos."

La Quinta Columna dijo...

jajajaja.... buena y profunda. Gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Está muy bien lo que haces. Siempre ayuda que alguien te escuche te vez en cuando, sentado en un Starbucks o simplemente al otro lado del teléfono.
Estamos tan pendientes de nosotros mismos que nos olvidamos de escuchar a los demás mientras hablamos sin parar..., sin darnos cuenta de lo que podemos ayudar con solo escuchar, asentir y dar nuestra opinión o un consejo, que no tiene porque ser siempre acertado.

saludos! hoy firmo, que luego te quejas si no lo hacemos ;)

La Quinta Columna dijo...

Muchas gracias por el comentario Roser, no se ser de otro modo, normalmente, y quizás ofedezca a mi instinto de autoprotección, no suelo mostrarme realmente con el resto de la gente como en verdad soy, la vulnerabilidad hay personas que la utilizan para destrozarte y no me intersa pasar por lo mismo que he pasado en ocasiones en el pasado.
Gracias de nuevo, y si algo tengo es que cuando se ha de escuchar soy el primero que lo hace, y nunca doy consejos o opiniones si no es que me las piden y depende de quién, ya que sin tener toda la info es imposible diagnosticar nada xDxD.