El sol, un astro que nos acompañará toda nuestra vida, y que lo hará hasta que se extinga él con la humanidad o antes ésta que él. En cualquier caso, nuestro cenit está unido a esta estrella que nos ilumina y nos da calor, y que ha servido de musa para infinidad de artistas de todas las disciplinas del arte a lo largo de los siglos.
Su belleza no deja lugar a dudas, y la fascinación que sentimos no tiene palabras. Sólo la Luna consigue un poder de este estilo, aunque evoque otro tipo de sentimientos. El tiempo nos dice que hemos hecho bien y que hemos hecho mal. Siempre pone a todos los seres de este planeta en su justo lugar, unos tardarán más, otros menos, pero nadie escapa a su destino, por mucho que se quiera correr.
La conciencia es lo mejor que tenemos para poder vivir y dormir en paz, y hemos de luchar para mantenerla limpia, aunque el esfuerzo a veces nos haga desfallecer, agotando nuestra fuerza vital hasta límites insospechados, y veamos esa oscuridad que se cierne delante de nuestros ojos, perplejos por algo que no alcanzamos entender.
El mundo es gris, no hay otro color, a veces nos parecerá más negro, otras veces lo veremos con un tono más blanco, incluso se nos creará la ilusión que hay colores, pero no es cierto. Siempre es gris. Y quizás sea esto lo que lo hace tan terriblemente interesante. Ese poder ser conscientes de ese color nos hace libres, más de lo que lleguemos a creer nunca. Y el miedo nunca hemos de dejar que nos invada, y nos domine.
Ayer lo comenté en el coche camino al partido de fútbol de cada lunes por la noche con la persona por la que hoy le escribo estas frases. Le dije que en mi caso había vivido durante mucho tiempo en el infierno, rodeado de oscuridad, y que ya lo conocía muy bien, por lo que no me interesaba volver a él, ya sé como es, y no me gusta. Has de ver la luz querido amigo, has de tomar la decisión de arriesgarte, controlando la caída, sabiendo que tipo de persona eres y dónde quieres llegar en un futuro próximo, y dejar que tu tenacidad, tu perseverancia, y tu calidad como ser humano haga su trabajo. También sabes que hay gente que tendrás detrás para apoyarte, para consolarte cuando lo necesites, para hablar, o como decía nuestro amigo de la blogosfera compartir momentos de silencio en compañía de alguien que te comprende, te respeta y te puede ayudar en tu camino vital.
Nunca es sencillo dar ciertos pasos hacía delante, pero si recordásemos o tuviéramos consciencia de cuando éramos pequeños y aprendimos a andar, veríamos como aunque nos caíamos constantemente, el impacto contra el frío suelo servía para volver a levantarse y seguir intentándolo hasta que un día dejas de caerte y aprendes a andar sin titubear, firmemente, con la cabeza bien alta. Y ten por seguro que eres una de esas personas querido amigo que lo conseguirás para siempre, pero quizás tus miedos infundados son lo último de la etapa adolescente que te queda por superar, y has de hacerlo sólo, has de ser tú quién se conozca, se entienda, y decida que rumbo debe de tomar su vida, aceptando las consecuencias derivadas de estos actos. A eso, sin lugar a dudas, se le llama madurar. Al igual que saber frenarse ante ciertas situaciones y valorar si esto o eso otro puede aporta algo de valor real a nuestra vida.
El pasado no sirve de espejo para mirarnos como éramos antes, o que hubiera pasado si…. Eso es volver a una etapa infantil de nuestra vida. No lleva a nada, sólo al fracaso más doloroso que pueda existir, y por desgracia te das cuenta demasiado tarde cuando ya eres mayor, en plena vejez y te encuentras con el alma vacía, desgarrada por el dolor de haber estado perdiendo el tiempo por tu gilipollez de creerte cosas que no eran ciertas, de haber hecho caso al autoengaño interior que no lleva a nada, que no merece ser defendido. Pero tú, en cambio, estás a tiempo de remediar esto, de ver que el camino aunque esté poblado de rocas enormes, puedes encontrar la solución para salvar el obstáculo y seguir caminando por él. Sabes que tienes personas que vigilaran ese camino para que no sufras más de lo debido, que te protegerán y estarán siempre ahí para que puedas gritar su nombre y salgan del oscuro bosque para hacerte el viaje más tranquilo y ameno. Sólo has de llamarlos, susurrar su nombre y dejar que aparezcan en cualquier momento. Hay ángeles que están entre nosotros, y que por alguna razón que nunca te explicarán pueden proteger tu alma sin pedirte nada a cambio, sólo que no desfallezcas nunca, ni te rindas, pero sobretodo que no dejes nunca, por muy mal que estés de ser una persona buena y pura.
Cuando creas que todo es triste, que nada tiene un sentido real, levántate muy pronto antes del alba, te coges el reproductor de MP3, te sientas en la arena cerca del mar, mientras escuchas el tema Through Her Eyes del álbum Scenes From A Memory del grupo Dream Theater, y dejas que salga el sol, para que limpie la oscuridad que te atormenta, purifique tus pensamientos y despierte un nuevo día en compañía del SOL, para que veas su luz, y se ilumine tu camino, y deja que los ángeles lloren por ti.
Su belleza no deja lugar a dudas, y la fascinación que sentimos no tiene palabras. Sólo la Luna consigue un poder de este estilo, aunque evoque otro tipo de sentimientos. El tiempo nos dice que hemos hecho bien y que hemos hecho mal. Siempre pone a todos los seres de este planeta en su justo lugar, unos tardarán más, otros menos, pero nadie escapa a su destino, por mucho que se quiera correr.
La conciencia es lo mejor que tenemos para poder vivir y dormir en paz, y hemos de luchar para mantenerla limpia, aunque el esfuerzo a veces nos haga desfallecer, agotando nuestra fuerza vital hasta límites insospechados, y veamos esa oscuridad que se cierne delante de nuestros ojos, perplejos por algo que no alcanzamos entender.
El mundo es gris, no hay otro color, a veces nos parecerá más negro, otras veces lo veremos con un tono más blanco, incluso se nos creará la ilusión que hay colores, pero no es cierto. Siempre es gris. Y quizás sea esto lo que lo hace tan terriblemente interesante. Ese poder ser conscientes de ese color nos hace libres, más de lo que lleguemos a creer nunca. Y el miedo nunca hemos de dejar que nos invada, y nos domine.
Ayer lo comenté en el coche camino al partido de fútbol de cada lunes por la noche con la persona por la que hoy le escribo estas frases. Le dije que en mi caso había vivido durante mucho tiempo en el infierno, rodeado de oscuridad, y que ya lo conocía muy bien, por lo que no me interesaba volver a él, ya sé como es, y no me gusta. Has de ver la luz querido amigo, has de tomar la decisión de arriesgarte, controlando la caída, sabiendo que tipo de persona eres y dónde quieres llegar en un futuro próximo, y dejar que tu tenacidad, tu perseverancia, y tu calidad como ser humano haga su trabajo. También sabes que hay gente que tendrás detrás para apoyarte, para consolarte cuando lo necesites, para hablar, o como decía nuestro amigo de la blogosfera compartir momentos de silencio en compañía de alguien que te comprende, te respeta y te puede ayudar en tu camino vital.
Nunca es sencillo dar ciertos pasos hacía delante, pero si recordásemos o tuviéramos consciencia de cuando éramos pequeños y aprendimos a andar, veríamos como aunque nos caíamos constantemente, el impacto contra el frío suelo servía para volver a levantarse y seguir intentándolo hasta que un día dejas de caerte y aprendes a andar sin titubear, firmemente, con la cabeza bien alta. Y ten por seguro que eres una de esas personas querido amigo que lo conseguirás para siempre, pero quizás tus miedos infundados son lo último de la etapa adolescente que te queda por superar, y has de hacerlo sólo, has de ser tú quién se conozca, se entienda, y decida que rumbo debe de tomar su vida, aceptando las consecuencias derivadas de estos actos. A eso, sin lugar a dudas, se le llama madurar. Al igual que saber frenarse ante ciertas situaciones y valorar si esto o eso otro puede aporta algo de valor real a nuestra vida.
El pasado no sirve de espejo para mirarnos como éramos antes, o que hubiera pasado si…. Eso es volver a una etapa infantil de nuestra vida. No lleva a nada, sólo al fracaso más doloroso que pueda existir, y por desgracia te das cuenta demasiado tarde cuando ya eres mayor, en plena vejez y te encuentras con el alma vacía, desgarrada por el dolor de haber estado perdiendo el tiempo por tu gilipollez de creerte cosas que no eran ciertas, de haber hecho caso al autoengaño interior que no lleva a nada, que no merece ser defendido. Pero tú, en cambio, estás a tiempo de remediar esto, de ver que el camino aunque esté poblado de rocas enormes, puedes encontrar la solución para salvar el obstáculo y seguir caminando por él. Sabes que tienes personas que vigilaran ese camino para que no sufras más de lo debido, que te protegerán y estarán siempre ahí para que puedas gritar su nombre y salgan del oscuro bosque para hacerte el viaje más tranquilo y ameno. Sólo has de llamarlos, susurrar su nombre y dejar que aparezcan en cualquier momento. Hay ángeles que están entre nosotros, y que por alguna razón que nunca te explicarán pueden proteger tu alma sin pedirte nada a cambio, sólo que no desfallezcas nunca, ni te rindas, pero sobretodo que no dejes nunca, por muy mal que estés de ser una persona buena y pura.
Cuando creas que todo es triste, que nada tiene un sentido real, levántate muy pronto antes del alba, te coges el reproductor de MP3, te sientas en la arena cerca del mar, mientras escuchas el tema Through Her Eyes del álbum Scenes From A Memory del grupo Dream Theater, y dejas que salga el sol, para que limpie la oscuridad que te atormenta, purifique tus pensamientos y despierte un nuevo día en compañía del SOL, para que veas su luz, y se ilumine tu camino, y deja que los ángeles lloren por ti.
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