El último festivo ha sido de los mejores que he pasado en meses, por muchos motivos, por una cena con una persona que fue especial, hablando, escuchando música, entrañable y espero que lo haya sido por las dos partes de una forma igual. Un partido de fútbol de fondo, y aunque es sabido por todo el mundo que me conoce que no entiendo de fútbol ni me ha gustado nunca (sólo jugarlo con los amiguetes y para reír, pasarlo bien y la compañía), llegué a emocionarme, escandalizarme e implicarme con los gritos y comentarios de la persona que estaba conmigo viéndolo en el televisor de mi casa.
En el descanso de dicho partido, visita a la nevera para buscar una Coca-Cola y una buena cerveza Guiness, una tapa de aceitunas que parecían cacahuetes debido a la velocidad con la que nos las comíamos, y un buen plato de pimientos de Padrón que cociné y que nos zampamos en un abrir y cerrar de ojos.
Finalizó el partido, y preparé la suculenta cena. Mi acompañante quiso ayudarme en la cocina, pero viendo la cara que le ponía y el cuchillo que yo sotenía en la mano, creo que entendió muy bien que se trataba de mi territorio y que no dejaría bajo ningún concepto que hiciese nada. Bueno, le dejé parar la mesa. Botella de vino tinto Marqués de Cáceres para la ocasión, y empezamos a cenar mientras nos reíamos a carcajada limpia viendo una peli tontorrona de esas comedias americanas repleta de gags que daban por la tele, pero nos dio por reírnos en cada escena como si se tratase del gran peliculón, con las lágrimas en los ojos.
Una vez hubimos cenado, nos sentamos en el sofá hablando y escuchando música de fondo, viendo la noche repleta de estrellas y la ciudad iluminada desde el balcón. Dijimos muchas verdades sobre la realidad vital, sobre nuestra vida personal con sinceridad y nos conocimos un poco más si cabe. Atacamos al Chivas de 12 años que trajo para la ocasión, mejor dicho, yo ataque al preciado licor y la otra persona se hizo un combinado de cola con el whisky al principio de la charla, ya que había venido en coche. Estuvimos dos horas hablando y decidimos salir de marcha, pero con tranquilidad pero que nos tocase el aire. Y nos fuimos a un Pub Irlandés. Pues nada, otra Guiness. Cerramos el local, o nos invirtaron a irnos al sonido de una campana de barco y nos fuimos. El resto ya es otra historia.
Al día siguiente eran las elecciones de la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, y me levanté tarde, contento pero con una leve resaca de cansancio sobretodo, y a parte de cumplir con mi deber ciudadano de ejercer el derecho al voto con la posterior pataleta política una vez sabes el resultado y que se hace con ello, el día transcurrió alegre y divertido, en compañía de mi hija pequeña la cual la lleve al cine. Por la noche mientras cenaba, volví a encender el televisor para ver algo que no fuera el pasado partido de fútbol del día anterior, después de meses sin ver la programación, algo que ya os he contado el motivo en algún otro artículo. Puse TV3 para seguir la evolución del escrutinio de los votos y de la jornada electoral mientras cenaba algo. Me sorprendieron ciertos comentarios, pero es algo que la política actual ya nos tiene acostumbrados. Me alegré de haber conseguido la contribución de la subida del partido del Sr. Joan Saura, y una vez cenado me fui a dormir con la tranquilidad que proporciona una buena cena y la relajación de mi compañía misma, aportando serenidad y entereza a mi vida.
El tema escogido para hoy es del grupo abiertamente Homosexual, de Nueva York con un sonido fresco y unas letras de esas que no se cortan la lengua, los Scissor Sisters y de su último trabajo Ta Dah y la canción para acompañar el artículo es She’s My Man.
En el descanso de dicho partido, visita a la nevera para buscar una Coca-Cola y una buena cerveza Guiness, una tapa de aceitunas que parecían cacahuetes debido a la velocidad con la que nos las comíamos, y un buen plato de pimientos de Padrón que cociné y que nos zampamos en un abrir y cerrar de ojos.
Finalizó el partido, y preparé la suculenta cena. Mi acompañante quiso ayudarme en la cocina, pero viendo la cara que le ponía y el cuchillo que yo sotenía en la mano, creo que entendió muy bien que se trataba de mi territorio y que no dejaría bajo ningún concepto que hiciese nada. Bueno, le dejé parar la mesa. Botella de vino tinto Marqués de Cáceres para la ocasión, y empezamos a cenar mientras nos reíamos a carcajada limpia viendo una peli tontorrona de esas comedias americanas repleta de gags que daban por la tele, pero nos dio por reírnos en cada escena como si se tratase del gran peliculón, con las lágrimas en los ojos.
Una vez hubimos cenado, nos sentamos en el sofá hablando y escuchando música de fondo, viendo la noche repleta de estrellas y la ciudad iluminada desde el balcón. Dijimos muchas verdades sobre la realidad vital, sobre nuestra vida personal con sinceridad y nos conocimos un poco más si cabe. Atacamos al Chivas de 12 años que trajo para la ocasión, mejor dicho, yo ataque al preciado licor y la otra persona se hizo un combinado de cola con el whisky al principio de la charla, ya que había venido en coche. Estuvimos dos horas hablando y decidimos salir de marcha, pero con tranquilidad pero que nos tocase el aire. Y nos fuimos a un Pub Irlandés. Pues nada, otra Guiness. Cerramos el local, o nos invirtaron a irnos al sonido de una campana de barco y nos fuimos. El resto ya es otra historia.
Al día siguiente eran las elecciones de la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, y me levanté tarde, contento pero con una leve resaca de cansancio sobretodo, y a parte de cumplir con mi deber ciudadano de ejercer el derecho al voto con la posterior pataleta política una vez sabes el resultado y que se hace con ello, el día transcurrió alegre y divertido, en compañía de mi hija pequeña la cual la lleve al cine. Por la noche mientras cenaba, volví a encender el televisor para ver algo que no fuera el pasado partido de fútbol del día anterior, después de meses sin ver la programación, algo que ya os he contado el motivo en algún otro artículo. Puse TV3 para seguir la evolución del escrutinio de los votos y de la jornada electoral mientras cenaba algo. Me sorprendieron ciertos comentarios, pero es algo que la política actual ya nos tiene acostumbrados. Me alegré de haber conseguido la contribución de la subida del partido del Sr. Joan Saura, y una vez cenado me fui a dormir con la tranquilidad que proporciona una buena cena y la relajación de mi compañía misma, aportando serenidad y entereza a mi vida.
El tema escogido para hoy es del grupo abiertamente Homosexual, de Nueva York con un sonido fresco y unas letras de esas que no se cortan la lengua, los Scissor Sisters y de su último trabajo Ta Dah y la canción para acompañar el artículo es She’s My Man.
2 comentarios:
Impresionante cena y mejor compañía.
Aunque la idea inicial fuera otra, no cambiaría ni un ápice de la noche. Necesitabamos hablar y lo hicimos, y sé que lo seguiremos haciendo mucho tiempo.
casualmente en mi blog también he titulado la entrada "post-electoral" como resaca. Este simil entre alcohol y elecciones habría que analizarlo.
Saludos!
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