He llegado un poco antes de lo previsto al trabajo, y mientras me disponía a subir me he parado en el bar de al lado para hacer un café y de paso leer gratis el diario. Es lo que tienen la porquería de sueldos que hay en la actualidad, que no llegan ni para poder comprarte el diario cada día (un maldito Euro cuesta el intentar estar al día en la prensa escrita, pero que a final de mes se traduce en poder pagar o no la factura del agua, es así de sencillo, pragmático, y asquerosamente real). En fin, me vienen tiempos mejores, o al menos eso me auguran las estrellas y mí sentido arácnido.
Me encontraba sentado sorbiendo pequeñas cantidades de ese fantástico licor negro que despeja y que tanto tomamos los muy cafeteros cada día, y me he detenido en un pequeño artículo de la sección económica: “Bruselas debate la reforma del mercado común del plátano”. Caramba, no pensaba que el plátano fuera tan importante (evitando el chiste malo y sexista de que quizás para las mujeres lo sea). El artículo decía que Bruselas planteó una ayuda total de 278 millones de Euros. De esa cifra, la mitad era para España, que es el primer productor de plátanos de la UE aportando 400.000 toneladas de un total global de 750.000. Lo sé, me ha pasado lo mismo que a vosotros y me he quedado con la boca que podía haber interpretado la Mascara 3 a la perfección.
Vaya, ahora entiendo dónde se van mis impuestos, y mi poder adquisitivo, en el plátano. Un plátano que no compro por dos motivos, uno engorda que ni os lo imagináis, y dos, lo que cuestan en cualquier frutería (o al menos los que de verdad tienen gusto a plátano) me da para comer cada día pescado tres días que encima es más sano si cabe.
Dónde irá el presupuesto en vivienda, en energías renovables, en consumo de agua potable, en ayudas a las pensiones de la gente mayor, en educación, en tantas y tantas cosas que la lista es demasiado larga para reproducir sin cansar al personal. Es así de crudo y real, se lo gastan en plátanos y a saber con que más.
Que le vamos a hacer, nos tendremos que ir al final todos a vivir a Canadá, que por lo visto no hay asesinatos, la gente vive en armonía, con la puerta de sus casa abiertas, con la realista y concienzuda opinión que tienen al respecto, que ante nuestros asombrados ojos de cómo es posible que las casa estén abiertas, dicen que para que cerrarlas, si quién quiera entrar para robar o a hacerte daño lo hará de todos modos y encima en caso que no estés en casa y te roben, a parte de lo que se puedan llevar, has de gastarte más pasta en reponer y arreglar los destrozos ocasionados al intentar entrar el ladronzuelo en tu casa. Caramba, no son listos ni nada estos Canadienses. La gente resuelve sus diferencias vecinales o de otra índole, dialogando, hablando, intentando llegar a un consenso de mutuo acuerdo. Cada vez que lo pienso más, tengo más ganas de hacer las maletas y largarme, que encima tienen un país precioso, tranquilo y lleno de amaneceres soleados y llenos de esperanza.
Me estoy apartando del tema. Lo siento. Mi mente a veces se desperdiga por terrenos insondables de paisajes bucólicos, dragones, mazmorras y Elfos. Me siento más cercano a la Tierra Media de Tolkien que a mi tierra natal, que le vamos a hacer, creo que nada, no es algo que se pueda superar fácilmente.
A lo que iba. Sigo leyendo el diario, y la taza casi ya no contiene café. Miro el reloj, voy bien de tiempo. Intento concentrarme, pero las risas de la camarera se me meten en el cerebro como si fuera esquizofrénico, y oigo una voz que me dice: “estrangúlala…, apaga esa odiosa risa…, salva al resto de gente del local de aguantar esto…”. Me freno y doy gracias al cielo de no tener el chip psicópata instalado en el cerebro, u otro gallo cantaría. Me intento concentrar de nuevo y voy girando las páginas leyendo sólo titulares. Más de lo mismo, lo de cada lunes, la liga de fútbol 12 páginas (y eso que no es prensa deportiva), y política del país lo mismo de siempre, el circo de tres pistas montado y listo para inaugurar la semana con nuevos espectáculos circenses.
Pero por fin llego a una de las noticias más suculentas: el primer beso en la pantalla del mago Harry Potter. Es normal me digo, al chaval ya le deben de picar algo más que las hormonas, y aunque sea el mejor mago, por las mañanas tendrá erecciones, mirará los pechos de las chicas mientras dice a su amigo del alma que ojos más preciosos tiene esa chica y se encerrará en el lavabo con el magazine de magia local que abulta más de la cuenta y que lleva el suplemento de la revista Private entre sus hojas.
Es que el chico, el actor mejor dicho que encarna al personaje, ya tiene 17 años. Pues sólo nos queda esperar hasta este verano que se estrenará la nueva entrega de la saga La Orden del Fénix, y que ha necesitado que este famoso beso se consiguiera rodar después de 24 tomas (en cine es mucho, os lo aseguro) haya valido tanta espera. Menudo beso pienso, mientras me imagino a Potter metiendo la lengua a su novia en el film (una chica de rasgos orientales, llámale tonto) mientras se le levanta la varita al grito de flipendo!!!.
La Sra. Rowling debe de estar pensando cuando podrá el mago mojar el churro, intercambiar algo más que fluidos salivares, y conseguir que su primera vez sea realmente mágica. Sé que ahora tocaría un tirón de orejas a mi persona por esta última frase que suena a chiste barato y mal elaborado, y es cierto pero es Lunes el sol entra por la ventana y lleva rato dándome en la cabeza. Y para ponerle una mayor guinda al pastel, es una semana de sorpresas. Así que Sra. Rowling no alargue más el tema y ponga esto en su siguiente libro y tan amigos, se ahorrará tiempo: “Harry notó un cosquilleo mientras estaba dentro, escondido por la invisibilidad que le otorgaba su manta mágica, y empezó a tener una erección de caballo, necesitaba desahogar su furia juvenil, y con malas artes utilizó sus poderes para engatusar a la pobre novata que había entrado en Hogwarts. De nombre Erika, la cual escondía algo más que la fogosidad germana de antaño, y utilizó su lengua como la hélice de un turmix, dejando al pobre Potter en el suelo, desmayado por un KO técnico inigualable. Cuando se despertó el joven Harry, estaba tumbado en una cama, con la espalda arañada, dos chupetones en el cuello, y atado a la cama desnudo con un slip de cuero. Ella, estaba a su lado fumando un cigarrillo, diciendo que no los había pegado mejores, los polvos claro, y que hacía honor a su fama con la varita”.
¡Finate encantatum!
RHYTHM IS LOVE – Keziah Jones
Me encontraba sentado sorbiendo pequeñas cantidades de ese fantástico licor negro que despeja y que tanto tomamos los muy cafeteros cada día, y me he detenido en un pequeño artículo de la sección económica: “Bruselas debate la reforma del mercado común del plátano”. Caramba, no pensaba que el plátano fuera tan importante (evitando el chiste malo y sexista de que quizás para las mujeres lo sea). El artículo decía que Bruselas planteó una ayuda total de 278 millones de Euros. De esa cifra, la mitad era para España, que es el primer productor de plátanos de la UE aportando 400.000 toneladas de un total global de 750.000. Lo sé, me ha pasado lo mismo que a vosotros y me he quedado con la boca que podía haber interpretado la Mascara 3 a la perfección.
Vaya, ahora entiendo dónde se van mis impuestos, y mi poder adquisitivo, en el plátano. Un plátano que no compro por dos motivos, uno engorda que ni os lo imagináis, y dos, lo que cuestan en cualquier frutería (o al menos los que de verdad tienen gusto a plátano) me da para comer cada día pescado tres días que encima es más sano si cabe.
Dónde irá el presupuesto en vivienda, en energías renovables, en consumo de agua potable, en ayudas a las pensiones de la gente mayor, en educación, en tantas y tantas cosas que la lista es demasiado larga para reproducir sin cansar al personal. Es así de crudo y real, se lo gastan en plátanos y a saber con que más.
Que le vamos a hacer, nos tendremos que ir al final todos a vivir a Canadá, que por lo visto no hay asesinatos, la gente vive en armonía, con la puerta de sus casa abiertas, con la realista y concienzuda opinión que tienen al respecto, que ante nuestros asombrados ojos de cómo es posible que las casa estén abiertas, dicen que para que cerrarlas, si quién quiera entrar para robar o a hacerte daño lo hará de todos modos y encima en caso que no estés en casa y te roben, a parte de lo que se puedan llevar, has de gastarte más pasta en reponer y arreglar los destrozos ocasionados al intentar entrar el ladronzuelo en tu casa. Caramba, no son listos ni nada estos Canadienses. La gente resuelve sus diferencias vecinales o de otra índole, dialogando, hablando, intentando llegar a un consenso de mutuo acuerdo. Cada vez que lo pienso más, tengo más ganas de hacer las maletas y largarme, que encima tienen un país precioso, tranquilo y lleno de amaneceres soleados y llenos de esperanza.
Me estoy apartando del tema. Lo siento. Mi mente a veces se desperdiga por terrenos insondables de paisajes bucólicos, dragones, mazmorras y Elfos. Me siento más cercano a la Tierra Media de Tolkien que a mi tierra natal, que le vamos a hacer, creo que nada, no es algo que se pueda superar fácilmente.
A lo que iba. Sigo leyendo el diario, y la taza casi ya no contiene café. Miro el reloj, voy bien de tiempo. Intento concentrarme, pero las risas de la camarera se me meten en el cerebro como si fuera esquizofrénico, y oigo una voz que me dice: “estrangúlala…, apaga esa odiosa risa…, salva al resto de gente del local de aguantar esto…”. Me freno y doy gracias al cielo de no tener el chip psicópata instalado en el cerebro, u otro gallo cantaría. Me intento concentrar de nuevo y voy girando las páginas leyendo sólo titulares. Más de lo mismo, lo de cada lunes, la liga de fútbol 12 páginas (y eso que no es prensa deportiva), y política del país lo mismo de siempre, el circo de tres pistas montado y listo para inaugurar la semana con nuevos espectáculos circenses.
Pero por fin llego a una de las noticias más suculentas: el primer beso en la pantalla del mago Harry Potter. Es normal me digo, al chaval ya le deben de picar algo más que las hormonas, y aunque sea el mejor mago, por las mañanas tendrá erecciones, mirará los pechos de las chicas mientras dice a su amigo del alma que ojos más preciosos tiene esa chica y se encerrará en el lavabo con el magazine de magia local que abulta más de la cuenta y que lleva el suplemento de la revista Private entre sus hojas.
Es que el chico, el actor mejor dicho que encarna al personaje, ya tiene 17 años. Pues sólo nos queda esperar hasta este verano que se estrenará la nueva entrega de la saga La Orden del Fénix, y que ha necesitado que este famoso beso se consiguiera rodar después de 24 tomas (en cine es mucho, os lo aseguro) haya valido tanta espera. Menudo beso pienso, mientras me imagino a Potter metiendo la lengua a su novia en el film (una chica de rasgos orientales, llámale tonto) mientras se le levanta la varita al grito de flipendo!!!.
La Sra. Rowling debe de estar pensando cuando podrá el mago mojar el churro, intercambiar algo más que fluidos salivares, y conseguir que su primera vez sea realmente mágica. Sé que ahora tocaría un tirón de orejas a mi persona por esta última frase que suena a chiste barato y mal elaborado, y es cierto pero es Lunes el sol entra por la ventana y lleva rato dándome en la cabeza. Y para ponerle una mayor guinda al pastel, es una semana de sorpresas. Así que Sra. Rowling no alargue más el tema y ponga esto en su siguiente libro y tan amigos, se ahorrará tiempo: “Harry notó un cosquilleo mientras estaba dentro, escondido por la invisibilidad que le otorgaba su manta mágica, y empezó a tener una erección de caballo, necesitaba desahogar su furia juvenil, y con malas artes utilizó sus poderes para engatusar a la pobre novata que había entrado en Hogwarts. De nombre Erika, la cual escondía algo más que la fogosidad germana de antaño, y utilizó su lengua como la hélice de un turmix, dejando al pobre Potter en el suelo, desmayado por un KO técnico inigualable. Cuando se despertó el joven Harry, estaba tumbado en una cama, con la espalda arañada, dos chupetones en el cuello, y atado a la cama desnudo con un slip de cuero. Ella, estaba a su lado fumando un cigarrillo, diciendo que no los había pegado mejores, los polvos claro, y que hacía honor a su fama con la varita”.
¡Finate encantatum!
RHYTHM IS LOVE – Keziah Jones
4 comentarios:
En ocasiones imagino a personajes imposibles realizando actos inexplicables. Siempre algo se moverá en las entrañas del Gran Sátiro.
Que razón tienes viejo amigo. Hay personajes que se merecen estos pensamientos y de peores, pero mejor que sean personajes fícticios ya que si lo haces con personas reales, y tienes estos pensamientos cada vez que te los encuentres cara a cara no podrás dejar de soltar una carcajada y corres el riesgo que te encierren.
el Gran Sátiro siempre ha sido un tipejo especial y digno de seguir sus enseñanzas.
No me imagino a ciertas Selenitas haciendo lo que yo pienso a veces. Me pongo tonto sólo de pensarlo xD.
empiezo a mirar a Harry Potter con otros ojos...
se rumorea que en la próxima novela lo matan!! esperemos que antes haya mojado
jajaja creo que estaría más que no mojase y lo matasen cuando está a punto de hacer magia con su varita xD.
Publicar un comentario